El punto de inflexión

En el tiempo que llevo asistiendo a parejas en proceso de ruptura siempre hay un punto de inflexión importante que abre posibilidades reveladoras a una futura relación de respeto.
La mayoría de las personas que vienen están en principio cabreados con el otro/a. Poco a poco, a través del análisis de lo que sucedió se pueden ir desglosando los sentimientos, emociones y lo más importante; los pensamientos escondidos que definen nuestra interpretación de lo que sucedió. En ese terreno es donde las personas recogen el cabreo, lo miran de frente y descubren que en realidad les pertenece, aceptando que el dolor parte de ellos mismos y no de la pareja.

Muchas personas se rompen al descubrir el origen de su dolor, de su enojo. Muchos son capaces de reconocer entonces su cabreo con la vida por haberles dado esto y con ellas mismas por haber dejado que sucediese.


Leí en alguna parte que la culpa bloquea y el perdón libera. Perdonar a la vida, aceptar las equivocaciones y el devenir de las cosas es la única manera de no encadenarnos para siempre a los resentimientos.