Con la seda al cuello
Mi cuñada Laura (para mí, Lauri Pop) dice siempre que los complementos son lo que realmente crean la distinción de la elegancia entre las mujeres. Realmente soy una mala alumna suya puesto que no es algo a lo que yo sea muy aficionada. Sin embargo si que hay algo que me gusta especialmente en este sentido; las pashminas.
No recuerdo cuando tuve la primera pero sí que debo haber llevado siempre algo al cuello (pañuelos largos, foulares, bufandas, a veces incluso corbatas, etc...) desde que empecé a tener un uso propio de la moda.
"Y de entre todas ellas, la pashmina es la más bella"; tengo una negra, una roja bermellón, una blanca, una azul claro, una de terciopelo granate, ... Me han abrigado de una brisa nocturna de verano inapropiada, me han hecho un lazo en la garganta, han sido meramente adorno sueltas alrededor de mi cuello, han tamizado la luz de una lámpara demasiado sincera. A veces quieren ser mantón de manila y otras veces se convirtien en un chador ateo pero precavido.
Me gusta pensar que también tienen un lenguaje propio, como los abanicos y que definen y distinguen también a quien las lleva pero bueno, he de reconocer que en esto soy realmente poco objetiva ;P.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home