Vaciado de papelera. Punto y aparte.

Hace mucho que liberé a mi memoria de la tarea de acordarse de las cosas superfluas; la lista de la compra, el horario de la cita con el médico, el próximo baño de Franky... Así hago limpieza periódica de mi disco duro.

Estos meses han convivido en el escritorio muchos archivos con nombre vinculado a temas infantiles, de puericultura, embarazo, parto,... todo un universo alrededor de una personita que ya asoma la cabeza.

Ha llegado la hora de hacer un movimiento a la papelera y luego un vaciado de la misma para afrontar, desde un fondo en blanco, la realidad que nos aguarda.

Y decidir cómo escribir nuestra propia historia.