Cuchillo de palo

Trabajar cara a cara con los conflictos de las personas que vuelcan en tí su desasosiego emocional es un riego por goteo de penas que se van filtrando en nuestro propio camino. De manera paralela al trabajo de ayuda debe seguirse un trabajo de autocuidado para evitar y prevenir inundaciones que a la larga hagan inutil nuestras capacidades profesionales e incluso personales.

Para ello creo necesaria la conjunción de varios elementos:

1 - Frenar el salto de la empatía a la simpatía es decir, poner límites y fronteras en la relación interpersonal con los clientes.
2 - Ser consciente de los propios agujeros negros y debilidades; sacar a la luz aquello que nos vulnera y nos hace especialmente sensibles de manera casi refleja para objetar la intervención en esos casos.
3 - Ser consciente de nuestro propio estado mental emocional puesto quela vida personal puede traernos circunstancias difíciles que de alguna manera se traduzcan en el modo de enfocar la intervención.
4 - Seguir una formación continua, someternos a reciclaje para ampliar el campo de actuación y abrir posibilidades de combinación de áreas que faciliten la oxigenación.
5 - Fomentar en lo posible el trabajo en equipo para compartir, supervisar y garantizar la eficacia de nuestra intervención.

Como todo en la vida, trabajar con personas puede darte momentos sublimes y también momentos horribles, es así y no puede evitarse puesto que entonces se perdería la magia de la relación, ese componente único entre seres humanos que nos hace crear espacios e historias diferentes.