Infinita tristeza
La prueba más clara de la sabiduría es una alegría continua.
Michel Eyquem de Montaigne
Entre las personas que atiendo encuentro algunas enganchadas a la tristeza, al dolor y a la crisis que se suponen vienen a superar conmigo. Parece que nos manejamos mejor en la tristeza que en la alegría y creo que puede ser por la imposibilidad de manejar los temores inmediatos y encadenados a la consecución de la felicidad. Es decir, entendemos como inevitable y lógica la transitoriedad de los estados y contemplar como meta inmediata la felicidad resulta más atractivo y manejable que el temor de perderla.
Sin embargo, el ser humano debe estar más próximo a la alegría que a la tristeza ya que podemos reir de repente, sin saber porqué, como acto reflejo e impulso pero, por contra, para llorar tenemos que pensar previamente en algo que a continuación provoque el llanto.
El sabio es entonoces aquel que conoce el origen de sus emociones y las deja vivir, respirar y fluir. Aquel que se comunica con sus necesidades de hombre y no cultiva los pensamientos que sostienen los enojos y los convierten en resignación o resentimientos.
Sabio es aquel que sabe estar feliz consigo mismo y con el mundo que le rodea.
2 Comments:
At 7:45 a. m., Alfonso Romay said…
¡Que buena definición de inteligencia emocional!
At 12:14 a. m., Anónimo said…
El egregio (de fuera de la grey, del rebaño) Montaigne también nos ayuda a entender aquello de "separar a las personas del problema" del famoso método Harvard de resolución de conflictos,pero él ¡se adelantó unos siglos!
«Nos enemistamos primero con las ideas y luego con los hombres. No aprendemos a discutir más que para contradecir; y al contradecir cada cual y ser contradicho, ocurre que el fruto de la discusión es perder y anular la verdad.» (Mntaigne; Ensayos III, cit., p.172)
Publicar un comentario
<< Home